He
visto que mañana estrenan la segunda temporada de Patriot y me he fijado que no
comenté nada de la primera. No sé qué pasó o cómo se me pudo olvidar porque es
una pasada, un pedazo de serie.
La
dificultad para mover un objeto del punto A al B.
Una
trama elaboradísima con muchísimos detalles. Todo cuenta. Y con mucha,
muchísima gracia. Una historia de espías brillante embutida en una comedia
brillante. Como meter a James Bond en The
Office.
Tenemos a John Tavner. Quiere entrar en una
empresa petrolífera que le sirva como tapadera para infiltrarse en Irán y
mandar dinero a quien puede detener la investigación nuclear. Desde la
entrevista en la empresa (primera sorpresa), todo empieza a salir mal, el
embrollo crece, los líos se acumulan y se vuelve cada vez más loca sin dejar de
ser interesante.
Personajes:
el accidentado, la terapeuta, el
padre, el hermano, el sobrino, la esposa, el colega de la empresa, el jefe, la
poli de Luxemburgo, la hija de la poli, el guarda de seguridad, el malo, el
hermano del malo, la japonesa, el tipo que toca la guitarra, los brasileños, la
mujer árabe… Todos muy trabajados, originales, con sus obsesiones y manías que
tienen repercusiones. Muchos personajes, muchas manías, muchas implicaciones.
Todo choca y la trama crece y crece. Un puzle en el que contemplas fascinado
cómo van encajando las piezas. ¡Las vueltas que da esa maleta!
Ojo
a la escena del piedra, papel o tijera
entre John y la detective. Y a la de la gran mochila.
Engancha
como una historia de espías, te ríes como en una comedia, te intriga como una
policiaca, tiene escenas sorprendentes, momentos descacharrantes, ocurrencias
magníficas, un montaje extraordinario, buena música…
Y,
lo curioso, es que es un drama. La historia de un hombre triste con traje.
2 comentarios:
La añado a series pendientes
Pero no la tengas pendiente mucho tiempo.
Súbela a los primeros puestos cuanto antes.
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