Es
frecuente que el punto de partida, el concepto de una peli o serie, me parezca
interesante pero le critique que no lo hayan sabido desarrollar. Creo que es la
primera vez que me pasa esto: que el punto de partida me parezca tonto pero que
me guste todo lo demás.
Beszel
y Ul Qoma son algo así como el Berlín occidental y el Berlín oriental. Pero en
vez de un muro hay una neblina. En Beszel ves Beszel. En Ul Qoma ves Ul Qoma. Y
no entiendo a qué viene lo de esa borrosidad. Me habría interesado más un telón
de acero de los de toda la vida o un universo paralelo como el de Counterpart. De hecho hay muchas
conexiones con Counterpart.
Tal
como se presentan Beszel y Ul Qoma parece que son una enfermedad rara (y boba)
de la vista o un estereograma mal hecho. Total, que no me gustó esa opción. Por
no querer repetirse con universos alternativos, por querer ser demasiado
original, se vuelve demasiado caprichosa. Y sin explicaciones. Y prefiero no
pensarlo como metáfora porque, de puro obvia, se vuelve ridícula.
Pero
sí me ha gustado, y mucho, la intriga, la investigación del poli, la Brecha,
los personajes, la estética, la puesta en escena, la excavación arqueológica,
el mito de Orciny…
La
historia que se cuenta es muy interesante en su conjunto. Un entramado de
asesinatos, corrupción y creencias que se fundamentan en el desconcierto que
provoca esa extraña ciudad dividida por un velo.
Cuatro
capítulos con buen ritmo, personajes bien dibujados y una elegante dirección.
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