-Supongo
que estando todos tan desvalidos hay escaso riesgo de infortunio.
Son
seis historias diferentes sin conexión entre ellas salvo que se ambientan en el
Oeste.
La balada de Buster Scruggs. Buenos diálogos,
buenas canciones, violencia de cómic y de lo más excéntrico y absurdo que han
hecho los Coen. Y eso que sabes que pueden ser muy excéntricos y absurdos. Me
encantó. Siempre hay alguien más rápido. Tim Blake Nelson en su salsa.
Cerca de algodones. Comienza con el
atraco al banco más extraño del mundo. A partir de ahí las cosas se tuercen, se
arreglan, se tuercen… Y una bonita chica. Las ironías de la vida. James
Franco es el sufridor.
El mantenido. Tristísima. Una
historia despiadada. Un Liam Neeson parco, vacío. Uno de los relatos más
duros e inhumanos que puedas ver. Poesía contra gallina. Hombre contra dinero.
El cañón de oro. Fotografía
espectacular, casi de documental. Una historia sobre los buscadores de oro que
es, en el fondo, sobre las cosas que consideramos importantes. Y sobre las
cosas que, en realidad, permanecen.
La mujer desconcertada. Caravana de colonos a
Oregón. Me gusta porque se sale de los clichés habituales sobre caravanas y es,
a la vez, una bonita historia romántica. Y muy triste. Un guión muy sólido y
bien pensado. Muy bien Bill Heck y Zoe Kazan.
Los restos mortales. Cinco personas en un
carruaje a Fort Morgan. Una metáfora sobre el tránsito al más allá.
Demasiado
irregular en sus tramas. Que cambie tan rápido de historias cómicas a
dramáticas no es fácil de asimilar. Pero sí hay un cierto tono de fondo acerca
del destino y la libertad, de las elecciones que hacemos.
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