Qué
peli tan extraña.
Muy
metafórica, cargada de símbolos, combinando elementos. Puede verse como una
simple fábula de denuncia social, como un viaje temporal de la esclavitud del
comunismo a la esclavitud del capitalismo, como el Éxodo judío tras el paso del
mar Rojo, como historia mesiánica…
La
peli arranca en el valle de la Inviolata donde la marquesa explota a sus
habitantes, inconscientes de que viven en una sociedad tecnológica. Esclavos en
pleno siglo XXI.
Y
luego viene el choque, las diferentes lecturas, el progreso hacia una nueva
esclavitud, los toques mágicos, la eternidad dentro del tiempo, la muerte que
mantiene la juventud. Lazzaro, ingenuo, bondadoso, observa todo con aparente
distancia, pero conmovido, perplejo.
Alice
Rohrwacher
dirige con gran seguridad, afirmada en la tradición del neorrealismo italiano pero
incorporando la fantasía a su peculiar lenguaje de realismo mágico. La
directora tiene claro cómo manejar los diversos niveles de la estructura, sin
ambigüedades pero con una historia llena de misterio y trascendencia.
No
embellece a sus personajes ni las situaciones. Retrata el mundo con crudeza y
deja que la historia fluya entre las contradicciones humanas. Tal vez su primer
acto se prolonga en exceso pero es una peli muy sugerente.
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