-Antes
abríamos la puerta a las mujeres. No pensábamos que todo era relativo.
Pensábamos que los principios importaban. Que los modales importaban.
Bill
Hodges es un poli jubilado que se ha abandonado un poco. Duerme demasiado, bebe
un poco más de la cuenta, no cuida el césped, ha engordado… Se aburre. Y
entonces ese psicópata, ese caso sin resolver, ese Mr. Mercedes que atropelló a
16 personas, regresa.
Otra
adaptación de una novela de Stephen King que tenía pendiente desde hacía
mucho y que he visto al modo antiguo, es decir, un capítulo cada mucho tiempo.
No es que no me guste, pero otras cosas parecían preferentes.
La
historia edípica es excesivamente deudora de Psicosis. En cosas como ésta se ve que Stephen King es
menos original de lo que parece: más explícito, bruto e impactante, pero menos
sutil y sugerente. Y de segunda mano, claro.
Pero
está bien ese equipo de aficionados que Hodges va formando a su alrededor,
gente que le quiere porque descubren, tras su fachada de capullo, a un hombre
de buen corazón, alguien que puede enfrentar a un psicópata que mata la
esperanza. Me gustan todos esos personajes, aunque algunos estén un poquito
pasados de rosca.
Ya
se ha estrenado la segunda temporada (que veré despacio) y se anuncia la
tercera. No sé yo si el tal Mr. Mercedes dará para tanto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario