-¡Medianía!
Defendí
Anacleto: Agente secreto, pero
no puedo hacer lo mismo con Superlópez.
Parece
que los guionistas, en vez de leerse los cómics de Superlópez, prefirieron ver las pelis de Superman. Y, en vez de adaptar Superlópez, parodiaron Superman. Tomaron prestado a Superlópez, pero no es Superlópez.
¿Por
qué no hay petisos carambanales deambulando continuamente por la pantalla? Aparecen
dos muñequitos de refilón ¿Tan mal estaban de presupuesto? ¿Por eso los efectos
especiales son tan pobres? ¿Por qué inventar unos villanos tan tibios cuando pudieron
escoger a Escariano Avieso y Lady Araña? ¿Por qué Superlópez es tierno y casi achuchable cuando el de Jan
tenía una mala leche impresionante y se cabreaba fácilmente? ¿Por qué está el
Barça y no el Parchelona? ¿Dónde están las pajaritas de papel que López hace en
la oficina?
Captar
su espíritu no es ponerle el traje. No basta con eso. Y parece que se han
conformado con eso.
Ahora
imaginemos que un espectador no conoce a Superlópez
y acepta una parodia de Superman.
Tampoco le verá mucha gracia. En parte porque muchos gags ya se han visto mil
veces y, en parte, porque hay pocos gags verdaderamente graciosos.
Alexandra
Jiménez
es lo mejor de la peli con su Luisa Lanas. La real y la clon. Muy graciosa. Esa
escena, ante la puerta de su casa, en la carretera, esa pose, el modo en que
agarra el bolso y se inclina ligeramente… La clava. Es justito como la del
cómic. Justo lo que esperabas que fuera Luisa Lanas. Lástima que no hayan
sabido hacer lo mismo con el resto de personajes.
Pero
la gran pena es que, durante sesenta y pico números de Superlópez, Luisa siempre creyó que López y Superlópez eran dos
personas. Y aquí lo estropean a las primeras de cambio.
Ay.
Echo de menos a los petisos carambanales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario