9/10/25

El mundo está loco, loco, loco, loco

Muchas películas buscan la gloria y se quedan en pretenciosas o incluso pedantes. En algunos casos como el que nos ocupa, el propósito es realizar un producto artesanal que, sin embargo, alcanza unos niveles altísimos.
Es una comedia disruptiva. Rompe clichés y estructuras. La comedia tendía a durar poco por eso de mantener el ritmo. Ésta dura 154 minutos. Normalmente se presentan 3 o como mucho 4 personajes en conflicto para la trama de enredo. Aquí empiezan 5 y acaban algo así como 20. Normalmente se mantiene un tono uniforme de humor. Aquí iban de la screwball al surrealismo pasando por cualquier fase intermedia. Y jamás se rebajaba a los chistes de colores verdes, marrones… Era para toda la familia en todo momento.
Smiler Grogan -vaya nombre, ¿eh?- sufre un accidente de coche. 5 conductores que pasaban por allí intentan socorrerle. Smiler Grogan, antes de morir, dice que ha escondido 350.000 dólares debajo de una “W” en Santa Rosita.
A partir de ahí todo el mundo pierde la razón y se lanza a una carrera por ser los primeros en llegar al dinero.
No es particularmente una comedia inteligente, más bien lo contrario pero es alucinante que sepa mantener el ritmo durante 154 minutos y la mayoría de la gente no sepa hacerlo durante 20 minutos.
Otra cosa sorprendente era el pulso de Stanley Kramer en la dirección. No era el género que solía trabajar pero demuestra una habilidad enorme para hacer una película llena de diversión, acción, luz y, sobre todo, mucha libertad para hacer lo que le daba la gana. Y le funcionaba.
Uno de los más maravillosos desmadres cómicos que puedas ver. Insisto: artesanal. Pero muy superior a las expectativas. Como Kramer era amigo de Spencer Tracy, le encontraron un papel bastante jugoso.

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