Muchas
películas buscan la gloria y se quedan en pretenciosas o incluso
pedantes. En algunos casos como el que nos ocupa, el propósito es
realizar un producto artesanal que, sin embargo, alcanza unos niveles
altísimos.
Es
una comedia disruptiva. Rompe clichés y estructuras. La comedia
tendía a durar poco por eso de mantener el ritmo. Ésta dura 154
minutos. Normalmente se presentan 3 o como mucho 4 personajes en
conflicto para la trama de enredo. Aquí empiezan 5 y acaban algo así
como 20. Normalmente se mantiene un tono uniforme de humor. Aquí
iban de la screwball
al surrealismo pasando por cualquier fase intermedia. Y jamás se
rebajaba a los chistes de colores verdes, marrones… Era para toda
la familia en todo momento.
Smiler
Grogan -vaya nombre, ¿eh?- sufre un accidente de coche. 5
conductores que pasaban por allí intentan socorrerle. Smiler Grogan,
antes de morir, dice que ha escondido 350.000 dólares debajo de una
“W” en Santa Rosita.
A
partir de ahí todo el mundo pierde la razón y se lanza a una
carrera por ser los primeros en llegar al dinero.
No
es particularmente una comedia inteligente, más bien lo contrario
pero es alucinante que sepa mantener el ritmo durante 154 minutos y
la mayoría de la gente no sepa hacerlo durante 20 minutos.
Otra
cosa sorprendente era el pulso de Stanley Kramer en la
dirección. No era el género que solía trabajar pero demuestra una
habilidad enorme para hacer una película llena de diversión,
acción, luz y, sobre todo, mucha libertad para hacer lo que le daba
la gana. Y le funcionaba.
Uno
de los más maravillosos desmadres cómicos que puedas ver. Insisto:
artesanal. Pero muy superior a las expectativas. Como Kramer
era amigo de Spencer Tracy, le encontraron un papel bastante
jugoso.

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