23/10/25

La vida en un hilo

-Es un desnudo de mujer bajo manta. Me lo encargaron para un museo que tiene una junta directiva muy gazmoña.
Mercedes es una joven viuda muy contenta de serlo. Mientras viaja en tren se encuentra con una adivina que le dice cómo habría su vida si en vez de elegir al aburrido Ramón hubiera elegido a Miguel, el otro hombre de la floristería.
Existe amplio consenso en considerar La torre de los siete jorobados como la mejor obra de Edgar Neville. Estoy de acuerdo. Pero en todas sus restantes películas hay expresiones notables de un ingenio poco común.
Aquí maneja una estructura en el montaje muy adelantada a su tiempo. Vemos la historia de una mujer en dos versiones diferentes a partir de la decisión que toma en un momento. Neville maneja con soltura los flashback pero al mismo tiempo juega, en un mismo plano, a cambiar de una historia a otra (la boda), combinarlas (el baile) o hacer elipsis (la muerte de Ramón). Hay que tener un gran sentido cinematográfico para hacer eso sin cortes. Y también hay que ser muy capullo para filmar la escena de los niños cantando la serenata. Divertidísima.
No todo son cosas buenas. A Neville le pierde su irrefrenable escritura de chistes surrealistas. Imagino que reutilizaba los de La Codorniz o que la peli le servía de prueba. Se eterniza en los diálogos.
Me gusta el personaje de Isabel, que flota durante largo tiempo en la narración hasta que cobra presencia. Bien trabajado también el carácter de Miguel. El final es redondísimo, jugando con el espectador en un planteamiento tenso de encuentro y desencuentro.
-No. El que iba sin ropa era el caballo.

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