25/10/25

Una casa llena de dinamita

Una película llena de tensión.
Kathryn Bigelow realiza otra de sus películas donde la técnica, de algún modo, se acerca a la magia.
Me esperaba su ritmo, su toque visual que te impide apartar la vista de la pantalla. Pero no esperaba esa estructura tan extraña. Cualquier otro director habría combinando todos los elementos de la narración a un tiempo, cambiando rápidamente de planos para crear la sensación de frenesí.
La directora opta por contarnos la historia 3 veces, con 3 perspectivas que se entrecruzan. Y logra una narrativa de infarto. Ya sabemos cómo acaba la cosa en su primer tercio y, sin embargo, seguimos expectantes en las repeticiones posteriores.
Me parece muy interesante el poco espacio que hay para el drama, para caracterizar a los personajes y la capacidad para penetrar en los asuntos sustanciales: el que reza, el que se está divorciando, las reacciones de éste o aquél: qué fuerte la breve escena de Carrie (Kaitlyn Dever) y la consecuencia sobre Jared Harris. Qué pequeños detalles tan sugerentes: unas galletas, un velocirráptor de juguete, una chapa…
La elección del reparto ayuda mucho. En otras ocasiones he pensado que Rebecca Ferguson tiene algo de magnético. Sea en Misión Imposible, en Silo o aquí, sabe mantener sus planos de modo que te mantengas atento. El montaje y la interpretación se aúnan. Ejemplo: el momento que pasa por el arco detector. Pero es que todo el enorme reparto coral, con poco tiempo todos ante la cámara, está muy bien.
Lo curioso de todo es que la película entera es un MacGuffin, un mero cebo para ese ejercicio de tensión, de dinamismo, de demostrar cómo se utiliza la técnica cinematográfica para mantenerte en el sillón.
3 veces lo mismo y ahí nos quedamos hasta el final.
Muy buena.

No hay comentarios: