4/10/25

Juego sucio

A estas alturas del siglo XXI con su Me Too y su feminismo me ha sorprendido la gratuidad de las escenas de sexo. Hay directores que no podrían filmar esto sin que les cayera encima la cancelación. Supongo que
Shane Black está bien conectado y puede evitar esas cosas.
Dicho esto me parece una cinta de acción muy eficaz. La primera escena ya es in medio res: estamos a medio atraco. Y a partir de ahí es un frenesí.
Un atraco con un traidor. Un superviviente que querrá vengarse pero que se meterá en la boca del lobo, conscientemente, muy claro en sus intenciones, porque el dinero atrae más que la venganza.
Tras un primer acto fundamentalmente dramático, bestia y sucio, decide cambiar a algo más ligero y cómico. Eso me desconcierta mucho. Hay que cambiar la mente. También descoloca porque a veces tiene toques de comedia exagerados, con reacciones demasiado ridículas en las que me digo: yo estaba viendo una peli de otro estilo. Pero otras veces hay cosas como lo de Bluey o el control de gálibo que sí tienen su gracia. Pienso que el humor, en los diálogos, le funciona pocas veces.
Una historia de atracos con cero glamur. Nada de ladrones de guante blanco ni de honor ni zarandajas. Todos practican el juego sucio, rastrero, descarnado.
Hay que reconocerle al director que rueda escenas de caos con una enorme imaginación y suficiente habilidad. Qué bueno el hipódromo o el descarrilamiento del tren.
Y de fondo la leyenda de la Dama de Arintero. ¿Cómo ha llegado esto a oídos de Shane Black? Ni idea pero bienvenido sea.
Mark Wahlberg encabeza una de atracos y acción entretenida que no supo si era un drama para adultos o una comedia familiar. No eran necesarios tantos giros ni llegar a las 2 horas.

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