Elsa
es una niña feliz que idolatra a su padre policía: Josselin. Un día
su padre es asesinado. 30 años después Elsa es policía
científica.
Por cosas que pasan en la vida, perfectamente lógicas, retrocede
hasta el año 1994. Con el sobrenombre de Beyoncé dice
ser
policía canadiense recién
llegada a Francia
para poder
trabajar con su padre y evitar que lo asesinen.
Lo
del poli que viaja al pasado para salvar a alguien no es nuevo. Lo
hemos visto en Continuum
o, más parecida aún a la serie actual, Life
on Mars.
Me esperaba lo que me he encontrado pero tiene unos cuantos
alicientes que me agradaron
y me inclinan a calificarla un poco por encima de la media.
Los
capítulos son procedimentales, cada uno con su asesinato, pero está
muy bien cómo incorporan misterios. Por un lado Elsa descubre que su
padre no era tan perfecto como ella imaginaba y por otro Josselin
investiga a esa joven quebequesa
tan desconcertante. Las ramificaciones de todo ello se integran muy
bien dentro del caso de cada episodio y ambas cosas fluyen de modo
equilibrado.
La
fotografía. Personalmente no me parece que fuese necesario utilizar
ese estilo. No acaba de convencerme. Pero es una cuestión de gustos
y pese a todo hay que agradecer el esfuerzo que han puesto en
mantener la
estética.
La ambientación noventera, sin grandes alardes, es solvente.
Luego
está la parte de comedia. También funciona. Salvo los, al parecer,
inevitables clichés
de feminismo, los personajes están bastante bien escritos, aun
cuando algunos tengan una personalidad absurda, pero todos son
coherentes con su carácter: Benoît,
Nadir, Coco… Logran hacerse un hueco y tener relevancia.
Como
cada vez aumentaban los misterios temí que no supieran cerrar, pero
trenzan todas las tramas correctamente al tiempo que abren la puerta
a una posible segunda temporada.
6
capítulos.
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