Se
ha llamado screenlife
a ese género de películas en el que presenciamos todo a través de
pantallas. Searching
y Missing
fueron dos ejemplos muy decentes de este género. Aprovechaban
excepcionalmente los recursos.
Para
War
of the Worlds
no existen suficientes palabras negativas en el diccionario.
Qué
mala.
El
hijo emplea varios minutos en decir que tiene algo importante que
decir sin decirlo. El padre, simultáneamente, dice que no tiene
tiempo de escuchar mientras sigue escuchando lo que el hijo no acaba
de decir.
Es
sólo una
prueba de la incompetencia
que se extiende a un guion, trama, interpretaciones, planificación
(llamar planificar a esto es una hipérbole optimista) y montaje
pésimos.
Cabría
pensar que un director, aunque mediocre, de vídeos musicales
aportaría algo a la banda sonora. Ni eso.
Terrible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario