La
conclusión más directa es que no quieres tener de suegra a Keely
Hawes.
Ni de madre. Ni de enemiga. Ni de amiga, ya puestos. La vas a querer
lo más lejos posible de tu vida. Aunque, a decir verdad, a la vuelta
de cada corte de plano te puedes encontrar a otro bicho de cuidado.
Un
tinglado bien trabado. Un
alambicado relato casi sin fisuras.
Julie y su hijo Ed, la familia
Cross -padre, hijo, hija-, el dueño de una carnicería en una islita
griega, el holandés1
en la cárcel libanesa, la misteriosa mujer que dibuja muy buenos
cómics, diversos sicarios que van llegando (y mueren)… Lo
importante es que todos tienen una presentación original, una
evolución y un cúmulo de circunstancias lógicas -insisto: lógicas-
que los hace confluir.
Fíjate,
por ejemplo, en Ezra. Es un memo desquiciado2.
Pero sus actos egoístas, su inteligencia ambiciosa, provoca que
varias piezas encajen. Y todos los demás personajes hacen lo propio.
Cada cual por sus motivos provocan una causalidad precisa. Los
desacuerdos entre todos los llevan al mismo punto: el
final es el principio, un círculo de decisiones entrelazadas.
El
origen de todo, una palabra: chantaines.
Buena
producción, muchas localizaciones (Grecia, Albania, Líbano,
Francia, España…), bien planificada y montada (no era fácil),
cruda y sin contemplaciones en la violencia, dramática cuando llega
el momento culminante, divertida porque en el fondo es una comedia de
enredo… Me ha parecido muy superior a Chacal. No: es
una lección a Chacal. Así se hace una serie sobre una
asesina a sueldo.
Me
encantó lo del
teléfono fijo
en el bar.
Eso sí es humor inteligente. Buenísimo.
Muy
entretenida.
__________
1.
Qué personaje tan logrado, tan peculiar, qué reacciones en una
permanente angustia por sobrevivir.
2.
Dejaré
que sea su propio padre quien lo defina pues lo conoce mejor:
Narcisista
insulso y egocéntrico con la capacidad intelectual de una ameba.
2 comentarios:
No tengo claro si es Líbano. Me parece que es Libia.
Sí. Tienes razón. Es Libia.
La verdad es que se ha rodado toda en Grecia (Atenas y una islita). Qué tramposos.
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