7/8/25

Granujas a todo ritmo

Así se conoció en España a
The Blues Brothers.
En 1980 John Landis dirigió está epopeya cinematográfica.
Jake sale de la cárcel. Su hermano Elwood lo recoge y ambos se disponen a cumplir una misión de Dios que dejará Chicago en el caos, perseguidos por la policía, neo-nazis, un grupo country, bomberos, SWAT y una exnovia.
En el transcurso de esa persecución descerebrada tendremos tiempo de ver a medio Hollywood y a celebérrimos cantantes. Además de Dan Aykroyd y John Belushi te podías encontrar a Carrie Fisher, Steven Spielberg, Frank Oz, James Brown, Aretha Franklin, Ray Charles y Cab Calloway.
Personalmente siempre vi la película como un artefacto con 2 objetivos: escuchar buena música y destrozar coches.
No sé si gente más intelectual y sabia que yo encuentra otros alicientes. Si es así me importa un bledo. Me basta con lo que me dieron para considerarla una de las grandes películas del cine: sin atarse a plantillas, libre, absurda, irrepetible. Aunque, claro, cometieron el error de intentar repetirla y fue un desastre. Porque irrepetible significa que no puedes -debes- repetirla.
Creo que es una de las pelis más disfrutables que existe. Divertida, sin saber con qué maravillosa canción o con qué giro descabellado de guion te sorprenderá en el segundo siguiente.
La autoasumida misión de Dios te llevará por derroteros que jamás esperabas. Y, cuando vuelvas a verla, seguirá siendo tan buena como la primera vez porque continuarás sin entender por qué pasa todo eso. Y te da igual.
Porque tú, yo, ellos, todo el mundo, todo el mundo, todo el mundo necesita a alguien a quien amar.

2 comentarios:

JAG dijo...

Intentar una secuela sin Belushi (por razones obvias) era caldo para el desastre
Junto a Grease, los dos únicos "musicales" que he sido capaz de aguantar. Que pena que ya no se arriesga en el cine y ya cada vez estás películas "irrepetibles" son menos comunes

Individuo Kane dijo...

Creo que no habría funcionado ni con Belushi. Pienso que el mero concepto de "repetir la fórmula" ya echa la película a perder. No habrían debido repetirla. Y no tengo ni idea de cómo se podría hacer algo alocado y diferente en el año 2000 sin que se pareciese pero que a la vez tuviera conexión.