Tras
la Revolución Soviética la situación del conde Alexander Rostov es
peculiar. Deberían fusilarle por ser conde, pero escribió un poema
a favor de la revolución. El conde es enviado a un cuartucho del
hotel Metropol y jamás deberá salir de allí.
Y
desde ese encierro Alexander contempla el transcurso de la
revolución: Lenin, Stalin, Kruschev… Conocerá gente, unos estarán
de paso, otros se volverán estables.
No
hay momentos extraordinariamente fuertes, efectistas, llamativos.
Pero hay una tristeza profunda, honda, recorriendo cada escena, el
dolor que los rusos llevan experimentando más de un siglo
independientemente del lado en que se muevan.
Historias
de sacrificios, de traiciones, de morir por estúpidas ideologías o
por alguien a quien amas. El
final del 1x05 es durísimo. Nos llega al mismo tiempo que
descubrimos, por fin, de quién es la voz en off.
Y
al mismo tiempo es una historia de una gran belleza, porque es muy
humana y sabe hurgar en ideas de libertad, justicia, resistencia,
familia, en tener 10 minutos más para decirle a alguien que le
quieres.
Ewan
McGregor
y Mary
Elizabeth Winstead.
Me parece buena idea que un matrimonio en la vida real encarne a esa
pareja en la ficción. Logran transmitir una gran naturalidad en su
relación, especialmente a medida que avanza el tiempo.
Visualmente
atractiva, casi sin salir del hotel, ceñida a una paleta de colores
muy concreta.
Bien
llevada la tensión del capítulo final para culminar,
necesariamente, de modo bello y doloroso.
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