Una
vez pasé meses sin ver series de Disney y al acercarme a una
(Willow)
me sorprendió lo de la protagonista lesbiana patética y la
representación a martillazos. Eso me ha pasado con HBO. Quizá hacía
más de un año que no veía nada original de HBO. Y me han
sorprendido los dos tics de la empresa: el sexo gratuito y la emisión
caprichosa de capítulos: 4 lunes, un viernes y luego otro
lunes,
9
días después. Absurdo.
Supongo
que es parte de la
noche de Alaska mostrando los horrores de cada uno.
El
primer capítulo es una declaración de principios hacia los límites
de la cordura. Desaparecen los científicos de la base polar, una
borracha se estrella contra un poste, los perros ladran, los alces se
suicidan, los osos se adentran en el pueblo, la gente se deprime…
Algunos gritan, otros oyen una frase: Está
despierta.
Y parece que algún muerto vuelve a caminar. Comienza
la noche polar en Alaska. La atmósfera es perturbadora desde el
primer minuto.
Y
entonces vemos ese símbolo que conecta con la primera temporada: el
símbolo del culto del Rey Amarillo.
Para
evitar cualquier desmadre alegre, tenemos la que es, muy
posiblemente, la Nochebuena más miserable de la historia del cine.
Hay una cosa que la serie hace muy bien: conducirte a la
desesperación, a la tristeza absoluta, a la angustia psicológica.
La oscuridad pesa como una losa en las
vidas
de cada personaje. Raras veces se ve una plasmación tan intensa de
lo que es sentirse solo. Todo el mundo solo.
Hay
un amplio espacio para el folclore nativo americano, sus mitos y
leyendas, su lado mágico oscuro
y su luminosa trascendencia.
Y eso puede que lo rechacen algunos espectadores. Siempre es difícil
conjugar lo policíaco y lo sobrenatural. A mí me funciona en esta
ocasión porque hay una explicación racional y una segunda capa
fantástica que puedes aceptar o no. En
el último capítulo pasan muchas cosas sobrecogedoras.
Esto
es Alaska. Los juicios están sobrevalorados. Los polis abrevian
trámites. Y queda en la conciencia.
Año
nuevo deja un poquito de esperanza.
Jodie
Foster
es magnética como bien sabe ese poli joven. Chico: tienes que poner
un límite.
3 comentarios:
Buenos días,
Reconozco que me ha sorprendido la serie. Esperaba poco después de dos temporadas flojas, pero me mantenido enganchado. La parte sobrenatural me gusta y Jodie Foster también. ¿Debería tener otro nombre y no estar vinculada con True detective? quizás sí. Lo que no comprendo es tanta crítica negativa por cuestiones ajenas, si miramos la serie de forma independiente.
He procurado leer lo menos posible de opiniones externas mientras la veía. Es una serie muy complicada porque tras el alto nivel de la primera temporada, sería complejo abordarla con otros enfoques. Y así fue. A mí, desde luego, me parece que ésta es la que mejor conserva el espíritu, la atmósfera, los temas... Pasamos de la desesperación y el agobio a una resolución que trae esperanza. Los personajes terminan mejor de como empezaron, rehacen sus vidas. Los que han sobrevivido, claro. Por todo esto sí me parece adecuado el título de True Detective.
A mí me ha gustado bastante. Y Kali Reis, para ser una boxeadora, para no dedicarse propiamente a la interpretación, hace un gran papel. Ojalá hubiéramos visto un buen combate.
Tienes razón con la evolución de los personajes y el atisbo de esperanza al final. Ostras, pues no habría estado nada mal ver a kali en acción. Ahora estoy con la segunda temporada de Tokyo Vice. Me encantan las series que se toman su tiempo con las tramas, las que crecen y evolucionan sin prisas.
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