7/12/23

Robot Dreams

Un perro neoyorquino se siente solo, compra un robot y se hacen grandes amigos.
No hay más. Por no haber no hay ni diálogos. Y es estupenda. Pablo Berger deja que asistamos a las pequeñas aventuras (y alguna desventura) de esta pareja de amigos en los años 90. Fiestas, comidas, ocurrencias, acontecimientos diversos de la vida.
Pueden verla los niños pero no es para niños. Hay un fondo de cierto calado, una profundidad que recuerda a Chaplin. Lo mismo estás en un momento de humor como saltas a un terreno melancólico o te sirven un instante de sarcasmo.
El dibujo es muy simple. Para mi gusto demasiado simple, pero veo que funciona, hay equilibrio entre forma y fondo aunque estilísticamente no tenga la personalidad de, por ejemplo, Hilda. Le veo un poco más de problemas al ritmo. Creo que hay un bache hacia la mitad de la película y sospecho que era algo difícil de evitar. No he leído el cómic pero se nota que el salto al cine no le siente bien del todo por su propio carácter episódico. Puede que tampoco una serie hubiese sido adecuada. La cuestión es que, al configurarse como un anecdotario, puede llegar a cansar y, por otra parte, le falta un momento de altura, un algo de épico.
Sí hay un punto en el que demuestra que “ahí queríamos llegar”, un núcleo central en la historia, pero le falta algo más de fuerza al conjunto.
En cualquier caso, sin ser ñoña, sin ser demasiado sentimental, es una película tierna, agradable, con mucho corazón, una bonita historia acerca de la soledad y de la amistad.

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