29/4/23

Sisu

-No es que sea inmortal. Simplemente se niega a morir.
Alguien debería hacer un estudio semiótico sobre cómo el cine ha transformado el nazismo. De cómo convierte una ideología política en un símbolo del mal absoluto, deshumanizado. Los nazis son como Soldados Imperiales o zombis: por su denominación no son necesarias las explicaciones a la hora de matarlos.
Finlandia, 1944. Aatami encuentra oro, los nazis se lo quieren robar. Y ya tenemos el Malditos bastardos a la finlandesa.
Muy divertida, muy gamberra, muy loca. Muy sangrienta. Estas películas tienen un público muy definido y, con lo dicho, ya sabes si perteneces a ese público o no.
Pero lo cierto es que está bien dirigida, bien fotografiada, tiene buenas ideas visuales, ocurrencias llamativas. El ritmo es perfecto y es completamente consciente de que no tiene por qué durar más de hora y media.
Hay numerosas cosas que rebasan cualquier límite de verosimilitud. Por eso es importante que, junto a la carnicería, haya mucho humor. Pese a su indudable salvajismo el director tiene buen gusto. Qué bien planificada, qué bien sabe colocar la cámara.
Me gustó mucho la idea de las mujeres, no tanto por su papel en la acción como por convertirse en narradoras, en juglares de la odisea. Más que estar presentes es cómo si cantaran acerca de una Edda nórdica, algo que ya ha pasado porque es lo que tiene que ocurrir. Tanto da que hubieran hablado de las hazañas de un dios vikingo.

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