6/9/20

Estoy pensando en dejarlo

-Es lo que uno espera al escribir un poema. Cierta universalidad en lo concreto.
Una chica (no sabremos su nombre real) viaja con su novio para conocer a los padres de él.
Dirige Charlie Kaufman así que ya te puedes imaginar que muy normal no es. Normal entendido como un relato convencional, lineal. Kaufman es surrealista para ser introspectivo, para llegar a la psicología de sus personajes.
Es, también, una película bastante intelectual, llena de diálogos elaborados, con un vocabulario muy rico y preciso, deliberadamente recargado y hasta pomposo, con temas serios a tratar. El recurso a la voz en off (aquí muy bien utilizado) permite el lujo de ser muy literario e incluso poético. Hay largas, larguísimas escenas en las que los protagonistas no hacen sino hablar en el coche. Para mí son los mejores momentos y si las dos horas y cuarto hubiesen sido sólo eso no me habría importado. Engancha. Lo dije con las pelis de Woody Allen. Agradezco mucho la generosidad lingüística frente a la apabullante presencia de diálogos pobres basados en exabruptos continuos.
Ese “estoy pensando en dejarlo” con que arranca la película es suficiente para mantener el suspense. Lo que viene a partir de ahí es la interpretación de un reparto fabuloso y un adentrarse en las personalidades de sus protagonistas. Jessie Buckley, Jesse Pleemons, Toni Collette, David Thewlis.
La entiendo como ese encontronazo entre lo que somos y lo que nos habría gustado ser y qué implica eso para nuestra identidad. Y, por favor, que la gente deje de preguntar a Google una explicación para su final. ¿Es que no se dieron cuenta de que la peli, citando a Wilde, criticaba a la gente cuyas opiniones son los pensamientos de otros, sus vidas una imitación?

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