22/9/20

Detective Anna. Temporada 1

-Anna adquirió esos malos hábitos de tu hermano. Primero los espíritus y ahora la flauta.
Serie rusa en plan Miss Marple o Father Brown o Agatha Raisin, es decir, muy en la línea de esas producciones británicas donde lo costumbrista pesa tanto o más que la trama policiaca. No tiene tanto presupuesto ni una reconstrucción de época tan imponentes como las series británicas, pero una dacha es una dacha.
Son 56 episodios (que yo sepa). He visto los 10 primeros. Cada dos capítulos se cierra un caso. Procedimental a pares.
1888. Hay un nuevo inspector en Zatonsk, recién llegado de San Petersburgo. Y una nueva detective aficionada, Anna, que acaba de descubrir un artilugio llamado bicicleta.
Desde sus inicios, los detectives estuvieron enfrentados a los espiritistas. La razón contra la superstición. Aunque Conan Doyle lo mezclase en su vida, su criatura Sherlock Holmes no las mezcló en la obra. El principal hallazgo de esta serie es que su detective, Anna, también es una vidente. En ocasiones ve a los muertos. Y eso, claro, le da ventaja. Aunque, por algún motivo desconocido, los espíritus de Anna son tan crípticos como los de todas las demás pelis y series. Alguien tiene que explicarme eso algún día.
Los alicientes de la serie son su ambientación en la Rusia decimonónica y la peculiar personalidad de su protagonista. Anna es aprensiva y asustadiza con los espíritus, de carácter fuerte cuando algo se le mete entre ceja y ceja, resolutiva alejando a los que le tiran los tejos y romántica como una adolescente ante el inspector Shtolman.
Sencilla, sin truculencias excesivas, para público que no quiere complejidades pero sí mezclar un poco de intriga y un poco de romance.

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