La
juez Candela Montes (Candela Peña, je) toma posesión del cargo en la
isla de El Hierro. Fran, es asesinado antes de llegar a su boda. El futuro
suegro, Díaz (Darío Grandinetti), es sospechoso. También es el que mueve
la droga de la zona. Tiene mucho interés, en descubrir al verdadero asesino. La
vida secreta de Fran comienza a aflorar.
Es
buena serie. Ya estaba bien de tanto polar
noir venido de Escandinavia y ya era hora de un poco de calor noir venido de las Canarias.
Candela:
seca, pisando callos, sin ganas de hacer amigos. Una tía dura excepto con su
hijo con parálisis cerebral. Un lugar pequeño, grandes problemas. Amigos,
amantes, droga, plataneras, una trama en Tenerife, otra en Holanda…
Ramificaciones. Y La Bajada. La Bajada de la Virgen y los líos que trae
consigo.
Me
gusta esa colaboración/enfrentamiento entre Candela y Díaz. Está bien llevada,
sin convencionalismos. No se acercan salvo que tengan que hacerlo. No son
colegas. Se dejan los márgenes justos para respirar.
Me
gusta también su fotografía, su paisaje, el modo de presentar El Hierro. El
suspense funciona a ratos. Mejor en sus planteamientos de personajes que en los
de la trama policiaca en sí. El combustible argumental dura hasta mitad de
temporada, después se tira demasiado por los recursos fáciles y los giros un
tanto caprichosos.
Muy
gracioso el tipo que cambia su declaración según por donde sopla el viento.
-Yo
quiero tener la conciencia tranquila.
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