27/8/19

El jardín de bronce. Temporada 2

-Blas, el perro de él. Eran muy unidos. Y los hombres abandonan a las mujeres o a los niños, pero no a los perros.
Tengo algunos problemas con Doberti. Me gusta que lo hayan rescatado mediante el truco del flashback porque es un personaje enorme, uno de los mejores detectives privados que ha parido el cine. Eso significa que su muerte ocurre recientemente, hace unos pocos meses. Pero siempre hablan de él como de un pasado muy lejano. Hay cierta inverosimilitud temporal.
Otra cosa que echo de menos respecto a la primera temporada es la atmósfera. Esa atmósfera agobiante, angustiosa, irrealidad incrustada en la realidad, mágicamente oscura.
Tras la primera temporada y esos 10 años buscando a su hija, Fabián Danubio recibe la visita de una mujer. Su hijo lleva 6 meses desaparecido, ¿le podría decir por dónde empezar a investigar? Y él dice que claro.
La trama policiaca funciona muy bien. Barras bravas, los ultras del otro lado del charco. Allí tienen proporciones más gigantescas. Una mafia financiada por los propios clubs y con conexiones en la policía y la política. La serie muestra muy bien todo eso.
Después está la relación entre Fabián y su hija. Qué duro todo. Ella apenas habla, él no sabe cómo manejarlo. Una relación en que ambos anhelan la conexión pero sólo chocan una y otra vez. Gran labor la de los dos. Aunque esa rapidísima evolución de 0 a 100 en un segundo… Un chico y tilín…
La intriga se mantiene de continuo y acelera en los dos últimos capítulos.
Los extremos a los que uno llega por sus hijos. Y lo que no se quiere ver de ellos.

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