Esta
primera película de Ga Bin, claramente más imperfecta que Largo viaje hacia la noche, tanto
temática como estilísticamente, contiene ya un anticipo de lo que será su
segunda película, más depurada y perfeccionada.
Defectillos:
inestabilidad de la cámara, fotografía menos elaborada, la atmósfera de sueño
menos conseguida, un tema de fondo menos concretado.
Sin
embargo ahí está la base de lo que fue su segunda película y, probablemente, de
muchas de las que vendrán. Esos larguísimos travellings,
esos túneles, billares, motocicletas, el viaje, las gentes llenas de misterio.
Lugares que parecen un sueño sin referencias temporales, envueltos en
entretelas oníricas.
Un
médico y poeta acude en busca de su sobrino ya que el padre del chico pasa
olímpicamente de él. Y en su viaje encontrará ese pueblo que parece anclado en
un espacio/tiempo ajeno al resto del mundo.
Menos
surrealista que Largo viaje hacia la
noche (en realidad parece algo caótica a ratos), pero también menos
sensorial. No tiene el nivel de su segunda obra pero, en cualquier caso, es un
director que cualquier cinéfilo debe seguir. Personalmente, tras ver el salto
de calidad de la primera película a la segunda, ya estoy esperando la tercera. Desde
luego para público muy minoritario.
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