Hasta
ahora sólo me ha gustado una de las películas de Disney en imagen real basada
en sus dibujos animados. Y no es ésta.
Aladdin es un calco de la versión animada. Ni una
sorpresa. Que sea previsible por completo le quita, en mi opinión, cualquier
justificación a su existencia. Pero no es el único defecto.
Hay
poca aventura y mucha cháchara. Cuánto hablan para decir tan poco. Del minuto
30 al minuto 90 hablan y hablan. Podría haber funcionado si la comedia de
enredo soterrada fuese comedia y fuese de enredo. Pero ahí está otro problema
más: es muy poco graciosa. Tira más por lo romántico vergonzoso.
También
hay demasiadas canciones, todas iguales, con esas melodías uniformes de Disney.
Hay
mucho colorido y muchos efectos especiales. Eso está bien. También me gustó el
prota, Mena Massoud. No lo hace mal con lo que le dan.
Guy Ritchie dirige pero ocurre lo
que le ocurrió a Tim Burton con Dumbo:
su estilo queda totalmente asfixiado bajo la tiranía de la estética aniñada de
Disney. Ni rastro de sus juegos de montaje.
Una
pena.
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