El
célebre psiquiatra Ruben Brandt sufre pesadillas terroríficas en las que es
atacado por personajes de pinturas famosas. Le conocemos cuando sueña cómo,
durante un viaje en tren, es atacado por la infanta Margarita de Las meninas de Velázquez y
por el Chico silbando de Frank
Duveneck.
Al
mismo tiempo Mimi, una habilidosa ladrona, roba valiosas piezas en museos. La
conocemos cuando birla el abanico de Cleopatra del Museo del Louvre. El
detective Kowalski le pisa los talones.
Animación
para adultos cosa que, ya para empezar, limita bastante su público. No es la
clase de dibujo (principalmente cubista) ni la animación (muy limitada) que más
me gusta. Eso no quita para que haya algunos planos muy bonitos e ingeniosos. La
trama, eso sí, me encantó.
Es
un viaje por museos y pinturas, un juguete divertido por el mundo del arte, una
historia surrealista con fondo policiaco en la que aparecen muchos elementos de
otros géneros. Extravagante, original, arriesgada. Pudo ponerse pedante pero
resulta ser muy dinámica, con un ritmo imparable, escenas de acción inesperadas
y con una banda sonora genial que mezcla estilos sin problema: clásica, pop,
tradicional…
Me
encantó ese Noctámbulos de Edward
Hopper integrado dentro de una pintura del estilo de Giorgio de Chirico.
Para
cualquiera que guste del arte, la pintura, los museos. Hay mucha pasión e
imaginación detrás de esta película húngara.
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