Y no compensa descifrar mucho más. Pensé que tenía ciertas similitudes con Sólo asesinatos en el edificio, pero a partir de cierto momento se convierte en algo muy original.
La investigación va desgranando historias, personajes, acontecimientos que llevan a nuevas historias. Hay muchos montajes en paralelo que entrelazan pasado y presente. Y como juegan con el espectador de ese modo hay momentos en que los montajes en paralelo tal vez no lo son. Porque, sí, hay un giro hacia lo mágico, el misterio de la investigación se convierte en el misterio de la fantasía. Libros que tal vez son proféticos o tal vez están narrando el pasado, pinturas que fueron antes pero son el ahora. Personajes extravagantes van coincidiendo por azar o destino. Tal vez son las cosas que olvidamos y redescubrimos, las pérdidas de las tragedias de la vida que conectan de modos imposibles. La desilusión del tiempo.
Imprevisible, dramática, cómica. Muy bien planificada y editada, con juegos visuales que sirven a la narración. Muchos acontecimientos aparentemente triviales van dando forman a una trama en la que todo tiene una razón de ser. La familia Frías, su serpiente amarilla, Illán Iberra, un teléfono, un patinete, bolígrafos que no escriben…
Investigación, aventura, magia, comedia y cierto fondo acerca del peso del pasado. Otra de esas series que me gustan porque me descolocan, porque no sé jamás qué ocurrirá a continuación.
Cristin Milioti es la protagonista, pero hay un extenso reparto con mucho protagonismo, con historias que tienen tanto peso como la suya o quizá más. Me encanta ese momento de Milioti en plan Lara Croft que termina con… eso. Qué grande es Nick Offerman.
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