26/9/22

Blank

Claire es escritora pero tiene bloqueo creativo y los editores empiezan a incomodarse. Decide irse 30 días a El Retiro, un lugar tranquilo donde una robot, Rita, está a su completa disposición. También hay un holograma de un tipo al que puede llamar Henry. Tras una de las actualizaciones nocturnas de Rita la cosa empieza a ponerse… inquietante.
Hay solamente 5 intérpretes. Tres en la casa, dos más en la visualización de la imaginación/recuerdo de Claire. Me gusta que se atrevan a correr el riesgo de filmar este producto. Ciertamente el metraje de 90 minutos parece excesivo.
En su virtud (pocos actores, un espacio reducido) está su error, porque hay que ser un genio para lograr mantener la tensión de esa atmósfera. Y no siempre lo consigue. La rutina, a veces, es sólo rutina.
Aunque los mimbres sean de ciencia-ficción y terror, la película no trata de ninguno de ellos. Ambas cosas son una mera excusa para hablar del proceso creativo, la visceralidad por buscar una buena escritura, equiparable al reto de la propia directora. Pronto descubrimos que la situación real de Claire tiene su parangón en la escritura, en lo que imagina. Pero lo que imagina, a su vez, es parte de su vida. Lo que hemos vivido nos configura para pensar, imaginar y comunicar de una determinada manera. El ejercicio de lo imaginado debe trasladarse a la obra. Y ahí están las infinitas posibilidades y la capacidad artística personal.
Se trata, por tanto, de un film sobre el arte, la creación y lo que el artista está dispuesto a hacer en la búsqueda.
No logra todo lo que pretende pero aun así me ha parecido sugerente. No es para grandes públicos.

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