13/12/21

The Last Son

Isaac LeMay engendró hijos a diestro y siniestro por las llanuras, hasta que un jefe Cheyenne le maldijo: uno de sus hijos le mataría. Y LeMay rastreó a sus hijos para matarlos, antes de que uno hiciera lo propio con él.
Un western sucio y violento, en la línea de Peckinpah, con un punto de partida semejante al de La vida es sueño. Hay asesinatos a tutiplén y la gente se pega tiros con ocasión o sin ella. Destino y fatalidad. La causa produce la consecuencia que se quería evitar. ¿O la consecuencia produce la causa? Hay un determinismo implacable en esta narración. LeMay está, a un tiempo, protegido y condenado por el diablo. Y el diablo repercute en otras vidas y el mal se extiende de formas inesperadas. Y con el diablo en todos ellos se preguntan si Dios los ama.
Me ha gustado bastante. Tiene muchas cosas buenas y unas cuantas malas. Hay personalidad en su planificación. Travellings, planos generales, medios planos, los fuera de campo… La música discordante de guitarra eléctrica parece muy apropiada. Resulta extraña esa atmósfera que fabrica, un espacio alegórico donde la calma de la naturaleza se ve alterada por las explosiones de violencia de los hombres. Un lugar mítico y legendario que cobra forma inesperada en el Oeste. Me hizo pensar, sin llegar a su altura y salvando las distancias desde luego, en ese vagabundeo sin sentido de Centauros del desierto.
No es para los amantes del western clásico. Hay que saber amoldarse.
Buen final. Previsible pero potente y sobrio.
-Hola, padre.

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