1/2/21

El colapso. Temporada 1

Los responsables de esta serie son la alegría de la huerta. Qué tíos.
8 capítulos de breve duración rodados en plano secuencia. Ese es su principal mérito: un alarde técnico que sin duda ha necesitado laboriosos ensayos, capacidad de improvisación y una planificación previa imponente.
El mensaje, la verdad, me parece una basura. Puedo aceptar el colapso. Por una pandemia. Por un meteorito. Por extraterrestres. Por zombis. Por tiburones voladores asesinos. Por mil causas. Pero vender la religión ecológica es una memez supina. Ni la energía ni la alimentación son un problema. El problema es el precio que los políticos quieran poner. Sólo un urbanita puede creer en el problema ecológico. Cualquier persona que vive en el campo, en una ciudad pequeña, sabe que ese no es el problema. Una paradoja que siempre me ha llamado la atención: los ecologistas son generalmente gente que no conoce el campo.
Me resistí mucho tiempo a verla porque me parecía un The Walking Dead sin zombis. Algo de ello hay. Pero si The Walking Dead no la aguanté, imagínate sin zombis. No me emociona particularmente. Me ha interesado por sus aspectos técnicos (muy bueno el 1x07) y por algunos momentos concretos. Me gustó particularmente el Chernobyl del 1x05. La central nuclear, el monstruo al que no vemos. En general me dejó indiferente. El 1x08 me pareció eso: ecologistas urbanitas, paletos de ciudad, que no saben manejarse fuera de su manzana.
Anteayer salió la noticia: urbanitas que se van a un albergue rural y presentan denuncias porque los despierta un gallo. Pues eso. ¿Qué coño creen que es el campo?

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