-Compré
un libro comunista porque no tenía ninguno en casa. Luego lo leí. Por eso no
funcionó el comunismo: no hay buenos escritores.
Martin Scorsese y Fran Lebowitz hablan de lo que les da la gana. Arquitectura, cine, marihuana, ropa, libros, deportes…
Fran Lebowitz tiene muchos puntos en
común con Woody Allen. Judía, neoyorquina hasta la médula, inteligente,
con un humor ácido pero no hiriente… También recuerda algo a Jerry Seinfeld.
Lebowitz comenta la vida
cotidiana de la ciudad con mirada crítica, divertida, mordaz… Y con bastante
sentido común. Me alegró comprobar que está en contra de la representación, de
ese querer verse a uno mismo, identificarse, en una obra, y utiliza uno de los
mejores argumentos: Un libro no es un
espejo, es una ventana a otros mundos.
Son
7 capítulos de media hora. No es profunda, es ágil, sugerente, con muchas
reflexiones curiosas acerca de cualquier tema.
Sólo un par de cosas de Scorsese. La primera es que, hasta en una cosa como ésta, se nota su montaje característico (aunque esta vez la editora no es Thelma Schoonmaker). La segunda cosa llamativa es su modo de reírse a carcajadas.
Ni ellos mismos recuerdan cuándo se conocieron. Simplemente llegaban a fiestas y se ponían a hablar. Aquí hacen lo mismo y lo comparten con nosotros.
Martin Scorsese y Fran Lebowitz hablan de lo que les da la gana. Arquitectura, cine, marihuana, ropa, libros, deportes…
Sólo un par de cosas de Scorsese. La primera es que, hasta en una cosa como ésta, se nota su montaje característico (aunque esta vez la editora no es Thelma Schoonmaker). La segunda cosa llamativa es su modo de reírse a carcajadas.
Ni ellos mismos recuerdan cuándo se conocieron. Simplemente llegaban a fiestas y se ponían a hablar. Aquí hacen lo mismo y lo comparten con nosotros.
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