Queen y Slim. Su primera cita. Son negros. Un poli les
detiene. Ella, abogada, trata de hacer valer sus derechos. El poli la hiere de
un disparo. La situación se desmadra. Matan al poli.
Es
una película con vocación de Thelma
& Louise, de Bonnie y Clyde.
Una fuga por las carreteras de Estados Unidos que sólo puede terminar de una
manera.
Hay
un aspecto racial que sí tiene interés e incluso contundencia. Un mensaje
directo que refleja las arbitrariedades sociales de la sociedad americana, la
insostenible situación en que viven aún los afroamericanos.
Luego
está la cuestión cinematográfica porque, en una peli con esta estructura, lo
importante es lo que ocurre durante la fuga. Lo importante es el viaje. Y ahí
cojea. Son 130 minutos excesivos para lo poco que tiene que contar. Encuentros
y desencuentros que no alcanzan la fuerza suficiente. Al menos si comparamos la
historia con los dos referentes citados.
No
es mala película pero se queda lejos de sus ambiciones y ese tono de épica que
tratan de otorgarles no termina de cuajar por completo. Hay algunas situaciones
que me gustaron bastante por eludir el maniqueísmo tratando de mostrar toda la
complejidad.
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