Otro
biopic de medio pelo.
Renée
Zellweger
se esfuerza pero la nominación al Oscar le viene muy grande. Hay mejores
interpretaciones femeninas este año que merecerían esa plaza. Lo que pasa es
que es una película fabricada de principio a fin con un único objetivo: que le
den el Oscar.
Esto
significa que es totalmente académica, mecánica, previsible, convencional,
ambientada en el mundo de Hollywood, que es lo que le gusta a Hollywood: que
hablen de él. Y si encima es la inmortal Judy Garland que murió a los 47
años, tanto mejor.
Yo
creo que cuenta muchas cosas de sus últimos años sin ninguna relevancia y muy
poco de quién era ella. Quién era de verdad, su interioridad. Cuando hacen flashback a El mago de Oz entrevés algo. Y temes que esa niña le arrebate
el protagonismo a la propia Zellweger. Que no sería la primera vez que
una secundaria destaca más que ella.
La
película no aspira a nada. Esperas un momento potente que vaya más allá de lo
puramente sentimental. Por ejemplo: el encuentro con su hija Liza Minelli. ¿No
pudieron sacar de ahí algo de drama? Buscan la lagrimilla fácil como en el
último de sus conciertos.
Bastante
discreta.
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