-Me
gusta tu cara.
-Mi
cara no se parece nada a mí.
Franco
está a punto de morir. O quizá ya se ha muerto. Son esos días. Germán Areta
recibe el encargo, por parte de una mujer, de investigar el asesinato de un
sastre llamado Benavides. Según la poli fue un suicidio.
Una
vez más me desconcierta Garci. Alguien que sabe tanto de cine y parece
no querer aprovecharlo. No hay nada moderno en esta peli. Rueda una peli de los
años 70 con el estilo de los años 70, una anacronía que es una declaración de
principios, un buen estilo anclado totalmente en el pasado. Como si no hubiese
nuevo cine desde entonces, un encadenado teatral de cine negro.
El
guión es bueno pero con un problema habitual en Garci: demasiado
literario. Cosa buena en muchos casos porque sus diálogos tienen más enjundia
que todo el cine español actual en un año. Pero en otros casos suenan a
forzados y grandilocuentes cuando la situación exige lo contrario.
Sí me gusta mucho el modo en que maneja las elipsis.
Planos fijos, ligeros travelling,
escenarios de interior. Se deja ver, la trama interesa pero resulta demasiado
mortecina y apagada, monocorde. El drama pesa lo mismo que la vida normal.
Acontecimientos que deberían de marcar son tan perezosos como el resto de la
trama.
No
resulta muy motivadora pero deja un poso de extrañeza sugerente.
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