22/2/20

Domino


Si nos paramos a mirar, la última película no ya buena, sino decente, que hizo Brian De Palma fue Misión Imposible en 1996. 24 años sin ofrecer nada potable. 24 años de cosas mediocres o directamente malas.
Domino es un horror. No, peor aún. Es ridícula. Es un guión de serie B con colorines bonitos que le hacen parecer un mal cómic. Es ridícula en sus escenas de acción (se olvida la pistola, ajusta mal las esposas, no le registra, se le cae otra pistola) y es ridícula en sus conflictos sentimentales que no vienen a cuento de nada.
Hay una trama central de espionaje y terrorismo que no se puede contar peor. No había visto una peli de este género que resultase tan aburrida, tan tediosa, tan insufrible.
Una parte está rodada en Almería y todo parece un chiste malo: los camiones, la plaza de toros… Ese tramo, junto con la música, parece rodado intencionalmente como si se tratase de cine mudo y no funciona. El final es paupérrimo en clímax, energía y planteamiento.
Lo peor de todo son los numerosos intentos de imitar a Hitchcock. Desde Vértigo a La ventana indiscreta pasando por El hombre que sabía demasiado.
Nicolaj Coster-Waldau, Carice van Houten y Guy Pearce no sabían dónde se metían.

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