Como
24 pero asuecada, como dirían
en Rebobine, por favor. Aunque
no es sueca sino danesa. 8 capítulos de unos 20 minutos cada uno.
Un
policía acude a la morgue para tratar de averiguar quién es una víctima sin
identificar. Resulta ser su hija.
Y
se le va la pinza. Bjorn se pone en modo Bauer y comienza a investigar sin
reparar en lo que golpea. Bjorn va a descubrir muchas cosas de su hija que no
sabía y el espectador descubrirá quién es Bjorn.
Es
una serie rápida, escueta, sórdida. Desde policías corruptos a la red oscura
pasando por prostitución, carreras de caballos, droga… Es un análisis cortante
y brutal de lo que la perfecta sociedad danesa oculta bajo las alfombras.
Los
8 capítulos son también, en esencia, 8 conversaciones que sirven para retratar
las carencias afectivas y familiares, la soledad de un país acomodado en su
riqueza, el escaso valor que se concede a la vida. Salvo que sea la propia,
claro.
No
es para los espectadores que esperan acción desenfrenada pues lo interesante
está en esas conversaciones que exhiben el lado oscuro de cada uno de los
personajes que va tocando.
-Ella
quería un padre y tú le regalaste un caballo.
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