Si
has escuchado a Queen qué te
voy a contar: la alucinante voz de Freddy Mercury, los rompedores
cambios de ritmo, las mezclas de géneros… La peli es justo lo opuesto:
convencional, rutinaria, de manual.
¿Cuenta
los hechos de la vida de Mercury? Claro. ¿Profundiza en ellos, los
interpreta, busca al personaje, nos desvela el cómo era y el porqué? Para nada.
Como si no le interesara el personaje retratado. No hay ninguna pasión por
parte de los productores, guionistas o director. No han calado ni en la música
ni en el personaje. No han entendido ni papa.
Rami Malek sí. Rami Malek
se esfuerza en parecerse a Mercury. Es lo único bueno de esta peli.
Porque,
dicho sea de paso, el presupuesto debió ser muy escaso o se perdió en alguna
parte. Malos cromas (tiene narices en 2018), mala planificación y mucho glicerol para las máquinas de
humo. Un recurso (pobre) para ocultar defectos.
Por
supuesto está la música, pero ya la escucharé esta noche sin que me molesten
las imágenes. De verdad que lo siento mucho por Rami Malek porque el tío
se lo curra.
Si
eres un millennial o de la generación Z o no sabes quién fue Mercury o
no has escuchado a Queen
puedes asomarte. Pero si te gusta Queen
saldrás enormemente decepcionado.
¿No
crees que los biopics deberían hacerlos gente apasionada o, al menos, alguien
que sepa un poco del tema? Tan flojita como Mary Shelley o Rebelde entre el centeno. Personajes originalísimos con películas de narrativa
adocenada.
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