Kevin
Spacey. Uno de los pocos gays a los que han buscado cancelar. No
sé la razón. Después de 7 años de juicios, absuelto de todos los
cargos, lo volvieron a re-juzgar en un documental. Alguien, algunos,
tienen obsesión.
Soy
partidario de que la gente sea juzgada por delitos. Pero eso no
debería afectar a su trabajo. Ciertas personas, en un pedestal,
buscan condenas extrajudiciales, por motivos morales. Hay quien tira
la primera piedra. Espero que un día se la devuelvan.
La
cuestión es que fue anunciar el estreno de esta película y
volvieron a atacarlo. Y como yo siempre he pensado que hay que
separar lo profesional de lo personal, la he visto.
La
nota que veas en imdb (u otras web) viene dictada por el odio a
Spacey. No hagas caso. La película es bastante buena.
Es
algo así como una película de cine negro de los años 50, parodia
de serie B. Dirección, fotografía, interpretaciones, música…
Todo es deliberadamente anticuado. Y de un gusto exquisito. Por
supuesto te extrañará.
Pero
aún extraña más la composición de la historia. Una mujer con un
pasado secreto que rehace su vida. Hasta que el pasado la alcanza.
Nada nuevo pero nunca sabes qué sucederá, cómo se desarrollará.
Maneja el suspense con gran habilidad y los personajes están
envueltos en un halo de misterio. Hay una extraña picardía
perversa, algo de comedia incorrecta, algo de gigantesca crueldad
inesperada (ese momento entre Spacey y Rebecca De Mornay
es el detonante hacia la violencia).
Es
como si Vértigo se cruzara con No es país para
viejos en modo irónico. La protagonista, Jet Jandreau,
lo borda.
Original
a ratos, a contracorriente del estilo moderno, con soluciones
inesperados. Es buena y es bastante entretenida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario