Cuando
tienes puntos de partida inverosímiles tienes que ir a ello, pasar
por encima y seguir adelante. Lo que hace esta peli es un error:
trata de explicar la situación. El pasado de ellos, sus carreras,
qué hicieron y dejaron de hacer… Cuanto más lo razonan más
absurdo resulta. Y más aburre porque el ritmo se resiente.
Debieron
ir al discurso de J.K.
Simmons
cuanto antes: no queremos universitarios pijos a los que les han
pagado la carrera, queremos gente de la calle que se ha sacado las
castañas del fuego, que se han hecho a sí mismos. Currantes,
obreros, gente práctica.
No
sólo es genérica, tópica y convencional. Es malilla. Puedes tirar
por derroteros mil veces vistos pero hacer algo con estilo, elegante,
funcional. Esta película no lo hace. Hay momentos en que se toma en
serio a sí misma y eso no puede ser.
Destaquemos
lo bueno y pasemos a otra cosa: las persecuciones por los tejados
están bastante bien y la persecución final de coches es bonita. No
lo ruedan de noche. Todo es de día y muy colorido, cosa que es un
punto a su favor.
Mark
Wahlberg
y Halle
Berry
van en piloto automático.
Lo
malo, lo verdaderamente malo, es que la idea general es buena. Y la
desperdician.
1 comentario:
Ostras, acabo de verla y puff, que pocas ganas le echan la pareja protagonista, menos chispa que yo con mi suegra
Publicar un comentario