29/6/24

Un lugar tranquilo: Día 1

¿Sabes por qué no ha fallado ninguna de las tres películas de
Un lugar tranquilo? Porque sus personajes están muy bien escritos. Cargan con una mochila dramática antes de que el drama en sí empiece. Y puestos a ser dramáticas hay pocas que pueden igualar a Lupita Nyong’o, que la chica, cuando se pone, se pone.
Está acompañada por Joseph Quinn. Interesante cómo el rockero extrovertido de Stranger Things se transforma en el trajeado y apocado Eric. Él aparece bien avanzado el metraje pero ambos construyen su propia historia más allá de monstruos e invasiones alienígenas.
Por no mencionar al gato. El gato es otro protagonista interesante.
Me sorprende cómo la película, antes de la invasión, ya va colocando capas de tristeza: el trauma de Samira, la historia de la marioneta… Construyen una atmósfera que te va preparando para lo que viene.
El guion viene apoyado por una planificación impactante. Muy impactante. Es una de esas pelis en las que uno disfruta mirando dónde ponen la cámara para causarte determinada sensación. Me quedo con esa secuencia de una multitud silenciosa ambulante, que lo ves y sabes que no puede acabar bien. Me parece muy poética toda la secuencia tras salir de la iglesia, el modo en que fotografían el Nueva York post-apocalíptico.
El final. Duro. Triste. Como tiene que ser de modo inevitable. En poco más de hora y media nos muestran la conexión de dos extraños, lo que hacen mutuamente para ayudarse, la gratuidad con que se entregan para que el otro tengo un poquito de felicidad antes del final. Y sin necesidad de rollo romántico.
Muy bien. Quiero más lugares tranquilos si continúan con este nivel.

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