8/6/24

Hit Man. Asesino por casualidad

Richard Linklater
es un director muy peculiar y versátil. No sé si he dejado caer alguna vez que considero a School of Rock algo así como una obra maestra. Y su trilogía del Antes (Antes de amanecer, Antes del atardecer, Antes del anochecer) sin volverme loco, es ya un clásico. Y tiene cosas tan extrañas como Dónde estás, Bernadette que me obliga a verlas un par de veces. Boyhood no. Esa no hay quien se la trague dos veces.
Ahora nos cuenta la historia de Gary, profesor de filosofía, con aficiones tecnológicas, colaborador de la policía. Un día le piden que se haga pasar por sicario. Para ver quién le contrata. Y el tío, contra todo pronóstico, se mete en el papel. Y lo hace muy bien.
Me parecen muy buenos su primer y último acto. El centro es más débil. Al inicio conocemos a esa gente que contrata un sicario. Fauna alucinante. No me habría importado si toda la película fuese así, mostrándonos personalidades obsesivas sin prácticamente conciencia moral. Luego llega la ex. Introduce la esencia de la peli, la verdadera cuestión de fondo: cómo construimos quiénes somos.
Sólo cuando está todo dispuesto (el procedimiento, lo que se quiere contar) empieza la historia de verdad: Gary conoce a Madison. La mujer fatal, la seductora, la sensual. Y se complican las cosas. Se complican para Gary y para el espectador. No me resulta muy creíble cómo ambos se adentran en ese tramo erótico tipo Fuego en el cuerpo. Eso no está bien contado. No acabo de creérmelos. Una vez más la trama romántica rompe el ritmo, sobre todo porque la profundidad psicológica de Madison es 0.
Cuando por fin salen de esa dinámica (aparece el marido de Madison) la película vuelve a encarrilarse y funciona con precisión. Me encanta cómo, a partir de ahí, el enredo dramático se desenreda en comedia. Ahí vemos al fin al Linklater ingenioso, brillante. Glen Powell y Adria Arjona aprovechan para lucise.
El personaje de Jasper es buenísimo, un poli sinvergüenza con la desenvoltura que da la experiencia. Qué máquina.
Una historieta amoral con mensaje moral. No estará en mi panteón de obras de Linklater pero desde luego no es nada despreciable gracias a un tercer acto perfecto.

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