3/6/24

Beacon 23. Temporada 2

-No confíes en un hombre que quiere cambiar el mundo. Tortura, ejecuciones, genocidio…
Esta segunda temporada fue bastante errática. Sospecho, no puedo asegurarlo, que Lena Headey tenía otros compromisos y todo el tinglado del Faro 23 se adaptó a las necesidades de la actriz. Es decir: rellenaron hasta que ella estuvo disponible.
La base de la primera temporada estuvo en el Artefacto. Ahora tuvo tan poca relevancia que solamente se lo mencionaba en alguna ocasión. Pensé que la serie lo había archivado, que era otro el tema principal (las IA). Pero resulta que no. El último capítulo nos da lo que debió darnos el primer episodio.
Así que, ¿con qué rellenaron los primeros 7? Otra característica de la primera temporada era su carácter episódico: cuentos de gente en ese faro solitario. Esta segunda temporada, sin embargo, tiene dos líneas: las IA (Harmony tuvo una relevancia inesperada) y los Sybarra. Estos últimos y Aleph se me hicieron pesadísimos. Los Sybarra ocupan muchos capítulos y aportan muy poco. Y Aleph, qué se yo, no me parece un buen villano. Poco inquietante, poco creíble, un todopoderoso al que se le escapan muchas cosas. No hay reglas claras con esas IA.
Finalmente está lo de la memoria que, claro, cuando toqueteas demasiado y ya no sabes lo que es verdad, mentira, reseteos, recomienzos, termina por darte todo igual.
Cuando finaliza la temporada tengo la sensación de que, por una parte, ha avanzado muy poco y, por otra, es una serie totalmente distinta. Los actores principales son otros, el objetivo es otro, las reglas son otras.
Y el presupuesto es bajísimo. Cosas como el salto de una nave a la baliza atravesando el espacio están resueltas de un modo paupérrimo.

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