2/1/23

Slow Horses. Temporada 2

Un veterano agente del MI5 muere de un infarto en un autobús. A Jackson Lamb le parece raro, especialmente cuando encuentra escrita la palabra “cigarra”.
Y los Caballos Lentos que, literalmente, no tienen nada mejor que hacer, se ponen en marcha con su característica mezcla de torpeza, pifias y eficacia. La serie vuelve a ser extraordinariamente fiel a la novela. Y eso me preocupa para la siguiente temporada porque hay un personaje que no me gustaría perder. Aunque tampoco seguí leyendo las novelas y tal vez no desaparezca, no sé. Tendré que esperar y tú también para entender lo que quiero decir.
En cualquier caso me parece que la serie se ha esforzado por editar bien una trama que pudo ser confusa. Hay varios escenarios, varias acciones, dispersas en un principio pero finalmente conectadas. Mantener una adecuada presencia de los personajes, sin dejar a unos en el aire durante un tiempo, establecer los relatos en paralelo con un protagonismo equivalente, debió ser un esfuerzo. En fin, que me ha gustado el montaje.
Los antiguos personajes ganan profundidad, los nuevos no acaban de definirse tanto, pero tal vez mejoren en el futuro. Como suele pasar con los Caballos Lentos perderemos a alguien.
Y, fuera de los Caballos Lentos, todos queremos muerto a Webb, ¿verdad? Un imbécil que da asco cada vez que aparece. Bien por el actor. Como dice Lamb: un par de riñones desperdiciados. Aunque, la verdad, Rody le anda muy cerca.
Tan entretenida y ágil como la primera temporada sin que el ritmo decaiga.

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