3/5/22

Vida salvaje

Martin, danés, deja todo atrás y se va a los bosques de Noruega a vivir como un salvaje, a buscar la experiencia vikinga. Por suerte tiene un supermercado cerca.
¿Es El Quijote una comedia? Esta película tiene mucho de quijotesco. Martin no será caballero andante pero añora los tiempos de los vikingos. Y si bien nos parecerá ridículo al principio, acabaremos por entender la cordura que encierra el hombre loco.
Hay bastante más fondo del que aparenta. La crisis de los 40, el hastío del consumismo, del ruido, del exceso de información, de la vaciedad occidental. El deseo de silencio, de un espacio de intimidad, de reflexión. Martin es defectuoso pero tiene una honradez brutal en su búsqueda de un sentido de la vida. Sí, hay mucho de comedia desde que encuentra a su Sancho Panza, que aquí se llama Musa y es un traficante de hachís. Pero esa comedia, esas absurdas aventuras, abocan hacia el drama final que también tiene mucho de western crepuscular con ese policía, ya casi anciano, lleno de sabiduría y sentido común.
Hay una secuencia sin mucho sentido. La del matrimonio que viaja en el coche con ella embarazada. Parece algo relevante y, de repente, se deshacen de la trama para no retomarla de nuevo. Suena forzadísimo, simplemente para meter ahí a Kathrine Thorborg Johansen, que tiene mucho tirón en Noruega y sale en todas las series y pelis del país. También tenemos a Sofie Grabol, gracias a quien supimos que existían series en Dinamarca (The Killing).
La aparente liviandad puede jugar en su contra. Un drama fuerte le daría más prestigio entre la crítica. A mí me gusta su tono, esa absurda sociedad en que vivimos, superficial, hipócrita, material. Buena escena la de la aldea vikinga de Guddal. Un paraíso. Hasta que aparece el kétchup.
Tal vez no sea una gran película pero he conectado muy bien con ella.
Y qué escenarios tan bonitos.

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