7/5/22

Onoda, 10.000 noches en la jungla

-La única recompensa es la integridad. ¡Integridad! Es gloria sin gloria. Gloria secreta.
1944. El teniente Onoda es destinado a la isla de Lubang con la misión de resistir al ejército americano. Pasará allí 30 años, sin saber seguro si la guerra acabó poco después de que llegara. Pero confía en lo que le dijeron: volverán a por ellos. Cada vez serán menos hombres tratando de dar sentido a algo que no lo tiene.
Una de esas historias que no te creerías de no ser porque ocurrió realmente.
Son casi tres horas de metraje. Es lenta pero casi siempre tiene el ritmo adecuado. Pocas veces se hace pesada. Hay que hacer frente al hambre, enfermedades varias, las lluvias, las dudas, la desesperación, el barro. También está la amistad, la unión por la supervivencia, un vínculo irrompible originado por lo demencial. En el fondo se trata de eso. Una amistad tan intensa que supera cualquier criterio racional. El acontecimiento de 1950 es traumático. El momento en que vemos a unas mentes fuera de cualquier realidad, el empecinamiento, la no aceptación. Al mismo tiempo es humorístico por el modo de reinterpretar las cosas para que cuadren con sus suposiciones. Como la palabra en clave “Sony”.
Y luego el turista. Otro tipo inspirado por su personal locura. El hombre que ha leído todo lo que se ha escrito durante 30 años sobre Onoda y que piensa que aún puede encontrarlo. Me gusto mucho ese tramo final.
Una historia tremenda, con momentos demoledores, muy bien rodada, no apta para grandes públicos, consciente de ello, tan perseverante en su propósito como el propio Onoda en su inamovible decisión.
Integridad.

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