1/3/22

Ted K.

Los estadounidenses son expertos en explotar éxitos. Si algo funciona, allá van. No me refiero sólo a sagas como la marvelita. Me refiero a conceptos. Por ejemplo al harén ficticio de princesas Disney. O a sus psicópatas auténticos. Algunos de ellos, como
Ted K., también son expertos en explotar cosas. Literalmente.
Supongo que a pocos españoles les interesará Ted Kaczinsky. Pero ahí está. He escrito el apellido sin tener que mirarlo porque ya le he oído mencionar en otras series y películas, sobre él, sobre referencias, alusiones… Es como un mito.
La película me ha gustado por su aspecto visual y nada por su contenido. Está claro que el director se ha esforzado mucho en la realización de una planificación acorde con la psicología del individuo. Esa cabaña en que vive es algo así como el universo mental de Ted K. Hay secuencias oníricas, hay secuencias frías, hay secuencias mareantes. Hay travellings circurlares, hay una fotografía de contrastes. Hay un intento de ver el mundo como lo ve una mente psicótica.
Ahora bien. Todo ese esfuerzo me dice poco (¿nada?) de la verdadera psicología, de sus motivaciones, de su personalidad. No aporta nada nuevo a Manhunt: Unabomber. Tal vez no hay nada nuevo que saber. Tal vez es imposible. Tal vez porque no soy estadounidense.
Así que me quedo simplemente con su ejercicio de estilo y con la interpretación de Sharlto Copley. Se ve el gran esfuerzo del actor por encarnarlo.

 

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