Todos
hemos de morir. Una verdad inapelable que tratamos empecinadamente de ignorar.
No pensamos en ello o tratamos de no pensarlo o nos figuramos que será para más
adelante. Siempre para más adelante. El acontecimiento más impactante de
nuestra existencia y decidimos ignorarlo lo más posible.
No es el caso de Amy. Sabe que mañana va a morir. Y esa idea se vuelve contagiosa y comienza a insertarse en otros como un virus.
Voy a morir mañana.
Y les fuerza a pensar en su propia mortalidad.
Una película bien extraña. Pero sugerente. No es para grandes públicos, pero tiene interés. Hay en ella algo de Kaurismaki (por su estética de la luz), algo de Lynch (por esas atmósferas y personajes), algo de Buñuel (por el fondo). Ese tono de surrealismo facilita los saltos de lo cómico a lo trágico, de lo divertido al drama.
Tiene algo de perturbador, algo de hipnótico. Tal vez resulte demasiado extravagante pero es original e indudablemente, es cine de autor. La directora, Amy Seimetz, tiene voz propia, muy personal. Podrá gustarte o no, pero sabe muy bien qué quiere contar y cómo quiere contarlo.
Y de fondo el Requiem de Mozart.
Piénsalo: tal vez mañana es el día que mueres.
No es el caso de Amy. Sabe que mañana va a morir. Y esa idea se vuelve contagiosa y comienza a insertarse en otros como un virus.
Voy a morir mañana.
Y les fuerza a pensar en su propia mortalidad.
Una película bien extraña. Pero sugerente. No es para grandes públicos, pero tiene interés. Hay en ella algo de Kaurismaki (por su estética de la luz), algo de Lynch (por esas atmósferas y personajes), algo de Buñuel (por el fondo). Ese tono de surrealismo facilita los saltos de lo cómico a lo trágico, de lo divertido al drama.
Tiene algo de perturbador, algo de hipnótico. Tal vez resulte demasiado extravagante pero es original e indudablemente, es cine de autor. La directora, Amy Seimetz, tiene voz propia, muy personal. Podrá gustarte o no, pero sabe muy bien qué quiere contar y cómo quiere contarlo.
Y de fondo el Requiem de Mozart.
Piénsalo: tal vez mañana es el día que mueres.
2 comentarios:
Pues igual, pero si empiezo a pensar que me voy a morir mañana, lo mismo se me olvida vivir hoy.
O lo contrario. Igual aprovechas mejor el día.
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