9/11/20

La maldición del guapo

Entiendo lo que el director quiso hacer. Hablar sobre una relación paterno-filial con asuntos que resolver. Pero ese el fondo. La trama es otra cosa. La trama es el relato de una estafa. Y no se puede utilizar la trama como excusa, no se puede hacer de ella algo desconectado. Porque la trama debería ser la película.
Y, de ese modo, es la película de estafas más aburrida, más sosa, más inocua e incluso previsible que haya visto alguna vez.
La picaresca argentina y la picaresca española entrelazadas para dar como fruto una historia sin sustancia. Hay muchos personajes que resultan superfluos, irrelevantes. Eso se trasluce en las interpretaciones. Porque por más que traten de otorgarles alguna psicología (mencionada más que mostrada) parecen conscientes de que su papel en la estafa carece de volumen. Están para rellenar los huecos que quedan en las conversaciones entre padre e hijo.
Ese también es un problema: se habla mucho pero se sugiere poco. Es una obra más literaria que cinematográfica. Si los diálogos, esa verborrea argentina, tuviesen al menos chispa…
No sé si más enredo en la estafa habría salvado la peli. Tal vez no. Tal vez nos recordaría demasiado a Nueve reinas y la haría aún más previsible. Pero está claro que poner por delante el conflicto entre padre e hijo no ayuda nada.

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