-Viene
y va y viene y sale y abandona una cosa y abandona la otra. Pero lo que no
abandona nunca son las salidas.
En
Argentina llaman giles a la gente trabajadora, currante, sin doblez ni
picardía. Y un grupo de giles decide montar una cooperativa, reúnen el dinero y
lo guardan donde la gente honrada guarda su dinero: en un banco. Y ahí te
conviertes en un reverendo pelotudo.
Hombre,
en España pensamos que todos los argentinos tienen picardía, que no existe ni
un solo gil en toda Argentina, que todo es picaresca. Pero si ellos lo dicen
será verdad.
Personajes
estupendos, originales, auténticos. Un museo de personalidades creíbles que
hacen que, por muy descabellada que fuera la trama, te convencería. Pero no lo
es. Es lo que ocurre cuando la gente ya no aguanta más y decide recobrar lo que
es suyo.
Ricardo Darín encabeza el reparto y
desarrollan una historia que no es muy original pero que tiene bastante
encanto. Recuerda por el tono a La suerte de los Logan.
Cine
social, drama, humor. Esa combinación casi imposible que los argentinos saben
hacer funcionar. Me encantan el anarquista y el peronista, amigos íntimos de
tanto discutir.
Tal
vez se excede un poco en metraje pero resulta ágil.
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