-Debí
ser yo quien te dijera que tal vez tu hermano siguiera vivo. Pero a nadie le
gusta dar malas noticias.
En
Londres un hombre japonés es asesinado. En Tokio los yakuza matan a 10 personas
en un restaurante.
La
serie es una apuesta arriesgada, una producción que trata de aunar dos usos
diferentes de hacer series: la británica y la japonesa. Mezcla estilos,
idiosincrasias, tics, conceptos culturales. Un cóctel complicado. Se pueden
rastrear influencias desde Trainspotting
a Nuestra hermana pequeña
pasando por todo tipo de cosas. E intentan que funcione. A veces no funciona.
Otras sí y entonces logra sus mejores momentos. Pero, incluso cuando no
funciona, se agradece el riesgo, el intento por hacer algo diferente.
Los
previously son dibujos tipo
acuarelas, incluye algunas secuencias de animación y hay un momento para una
danza, fabulosa, en mitad de un tiroteo, como expresión de sentimientos. El
recurso a la pantalla partida es habitual y su planificación apuesta por el
realismo en contraste con estilismos artificiosos. Sí, algunas cosas
descolocan, pero los personajes huyen con ganas de los clichés, una galería de
figuras muy original (Abbot, menudo ejemplar de mafioso). A medida que avanza
se vuelve un poco loca, con caminos inesperados, a veces satisfactorios, otras
algo forzados.
La
serie habla mucho de consecuencias, de las repercusiones de nuestros actos.
Situaciones extremas, consecuencias impactantes.
Hay
algo que me gusta mucho, hacia el final. Un personaje con el que nadie contaba
y que reaparece, con una historia en flashback,
para clarificar algunas cosas.
Interesante.
Dentro del género criminal se desmarca lo suficiente como para que resulte
mucho mejor de lo esperado.
-No
somos malas personas. Sólo que a veces hacemos cosas malas.
-Yo
no veo la diferencia.
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