Seguimos
a Fahad un tipo que trabaja como repartidor de comida durante la
noche y en atención telefónica al cliente durante el día. No hace
bien ninguno de los dos trabajos. Al mismo tiempo se ocupa de su
padre, con insuficiencia renal y siente celos del negocio emprendedor
de su hermana. Un día se le ocurre cómo obtener dinero rápido.
A
veces me recordaba a Taxi
Driver,
otras a Un
día de furia.
Pero muy diferente a ambas. Fahad parece un buen tipo. Tal vez lo es.
Pero tiene un lado oscuro muy perturbador. La reacción a ese
atropello te deja helado. Por cierto: gran interpretación de Mohamad
Aldokhei.
Muy difícil componer la psicología de ese tipo.
Lo
mejor es la fotografía. Jamás verás la luz del día. O es de noche
o estamos en espacios cerrados sin ventanas al exterior. Hollywood
tiene que aprender (recordar) a rodar así secuencias nocturnas. Da
gusto ver esa iluminación y los contrastes de colores.
No
sé en qué medida hay crítica social. No conozco Arabia Saudí.
Pero me encanta su última escena, ese travelling
en el autobús, la cámara enfocando gente que parece esconder tras
el rostro historias tan duras y tan acongojantes como la de Fahad,
como si te fuesen a contar los dramas de cada uno de ellos. Y, en
primera fila, otro repartidor, con los mismos sueños e idéntica
desesperanza. La imposibilidad de salir del hoyo cuando estás en él.
Buena
peli. No para grandes públicos, pero tampoco es críptica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario